sábado, 3 de mayo de 2014

Como Julián empezó a leer

Hace un tiempo en un pueblo del sur de nuestro país vivía  Julián, un niño al que no le gustaba leer.
Decía que los libros no eran tan entretenidos como las cosas que podía encontrar en   internet
Su madre, siempre buscaba  diferentes maneras, para que su hijo leyera, pero todos esos intentos eran en vano. Ella no sabía ya que hacer, si obligarlo  o dejarlo  que siguiera sin  leer.
Gloria, que así se llamaba la mama de Julián, un día ella se canso de que su hijo no leyera y decidió mandarlo a leer
Le  saco  la computadora y le dijo:
-Hay muchas cosas interesantes mas allá de la compu… por ejemplo leer un libro. La lectura te lleva a lugares que nunca imaginaste y te permite vivir experiencias que nunca soñaste. ¿Por qué no lo intentas?
Esto causo un gran enojo en Julián pero en vez de discutir con su madre, salió de su casa y se fue a caminar por el  pueblo.
Mientras andaba caminado por la calle, pateando las piedritas y esquivando al viento, vio que en la plaza había un grupo de chicas.
Una de ellas le llamo la atención y se quedo mirándola un rato.
Era muy bonita, con un cabello muy largo, de color marrón, petisita,  tenía rasgos finos y ojos color miel
Julián se enamoro a primera vista… y se quedo sentado en un banco mirando como las chicas jugaban, en realidad mirando a esa niña que le parecía tan hermosa
Después de un rato, las amigas de la niña se fueron y ella se quedo sola, saco un libro y se puso a leerlo.
Julián  pensó que era el momento para ir y acercarse para hablar con ella, pero no sabía  cómo hacerlo o que decirle
Dio unas cuantas vueltas mientras se decía: -“Dale nene, ¿qué te pasa, te da miedo?
Casi casi deja un surco de tanto darle vueltas al pino de la plaza
Hasta que por fin se  le ocurrió preguntarle qué libro estaba leyendo, ya que la había visto con él en la mano; tomo coraje y se acerco
Se quedo parado a su lado, pero ella ni se enteró
-¿Qué le pasa? No me registra, no se dio cuenta que estoy hace 5 minutos parado, parezco un poste (pensó Julián)
Trago saliva  y tosió pero la niña no sacaba la vista de su libro
Entonces haciendo un esfuerzo enorme por no ponerse colorado, le toco el hombro y  le pregunto su nombre.
-Me llamo  Candela ¿y  vos?
-Julián, hace un rato que estoy acá y no te diste cuenta ¿Tan bueno esta ese libro que estás leyendo que no te das cuenta lo que pasa a tu alrededor?
-Uuh…disculpa pero estoy en la mejor parte
-¿Qué estás leyendo?
- Una historia sobre piratas que se llama “Las increíbles aventuras de Giovanni y Gianluca”.
Esto a Julián  le pareció raro ya que era una niña.
Le pregunto porque leía  ese libro y no uno para mujeres.
Candela le contesto: -Estas equivocado, no hay libros para niñas, ni libros para niños, sino que todos pueden leer cualquier libro y de cualquier género.
Julián se quedo helado ante la respuesta
-Y a vos ¿que te gusta leer?
Julián se puso colorado y le dijo que no leía porque le parecía aburrido.
-¡Ay nene, no entendés nada! Leer es algo increíble y divertido que te  lleva a un mundo mágico y fascinante.
 Candela entonces cerro su libro, se despido  y se fue.
Mientras que Julián volvía a su casa, pensaba en lo que le había dicho Candela y que si se quería acercar más a ella tendría que empezar a leer.
Cuando llego a su casa, le pregunto a su mamá si estaba el libro que Candela estaba leyendo
Gloria casi se muere de la emoción, ¡su hijo le había preguntado sobre un libro! Fue a la biblioteca y se puso a buscarlo, ya que hacia un tiempo se lo había comprado, lo encontró y se  lo dio aún sorprendida.
Julián lo tomo y se puso a leerlo.
Al principio no le pareció entretenido, mas bien le daba sueño  pero de  a poco le fue gustando, se paso toda la noche leyendo. Quería terminarlo para poder hablar con Candela él
Mientras avanzaba en la historia pensó: -No está tan mal
Al día siguiente, fue a la plaza a ver si encontraba a Candela.
Al verla, fue hacia donde ella estaba y le comento que lo que le  lo que le había dicho, si bien no le había gustado, le hizo caso y que se puso a leer.
Candela le respondió: -¡Bien ahí! ¿Y qué parte te gusto más?
Se pusieron a comentar  el libro y  así se  pasaron toda la tarde hasta que oscureció
-¿Nos vemos mañana? preguntó Julián
-¡Dale!
Julián tímidamente le beso la mejilla y salió disparado como un cohete, pensando que libro podría leer para sorprender a su nueva amiga, aunque esta vez dormiría a la noche porque estaba muy cansado
Así fue como Julián se hizo amigo de los libros y a partir de es eprimer libro que leyó gracias a Candela, se transformo en un gran lector y en poco tiempo le estaba pidiendo a su mamá que le comprara libros nuevos porque los que tenía en su casa ya los había leído.

Mailen Amor 

Corrección del cuento 

REUNIÓN DE AMIGOS
La noche va cayendo lentamente y cubre con su manto las casas del pueblo donde vive Julián.
Desde su ventana mira como, una a una, se van encendiendo las luces de las ventanas.
Tiene todo listo: la mesita ratona cubierta con un mantel tejido al crochet, en la bandeja un termo con chocolate y otro con agua para el mate que esta listo para ser cebado junto a las tazas apiladas y la azucarera que era de su madre.
Solo falta el budín de limón que dejo en la cocina.
¡Cuánto hace que la ceremonia se renueva!
Ya perdió la cuenta.
Lo que si sabe es que desde hace una punta de años se repite sin interrupción.
Cambiaron los lugares y algunos de los participantes pero la ceremonia sigue igual
¡Y pensar que si alguien le hubiera dicho, cuando era un niño, que esto iba a pasar se hubiera reído sin parar un par de días!
Cuando todo empezó su madre casi se desmaya, había  intentado todo para acercarlo a quienes hoy son parte del encuentro, si hasta por esto se habían peleado más de una vez.
 Fue después de una de esas agarradas que las cosas cambiaron casi sin darse cuenta como sin querer.
Tendría unos 10 años y salió enojado, rumbo a la plaza pateando piedritas. Al llegar descubrió que sus amigos no estaban.
Raro, porque a esa hora se juntaban a jugar al fútbol.
Las que si estaban eran “las loras”, un grupito de chicas que también todas las tardes se reunían en la plaza a charlar sin parar un segundo.
Entre ellas estaba Candela, una petisa, flaquita de ojos color miel y pelo muy largo
Ella le gustaba pero nunca se había animado a hablarle.
Solo y enojado, se sentó bajo el pino para mirarla de lejos.
Las chicas se fueron yendo, pero Candela no. Se quedo, dándole la espalda sentada, quietita muy quietita apenas si movía la cabeza.
Julián no entendía que  hacía hasta que la curiosidad pudo más y dejando el pino se acercó, sin hacer ruido y vio que  leía.
Tan concentrada estaba que no se dio cuenta de que Julián estaba parado a su lado.
Pasaron varios minutos, en realidad muchos minutos y cuando el sol empezó su retirada y el frío a apretar Candela cerró su libro y lo guardo en su mochila.
Recién en ese momento se dio cuenta de que estaba allí.
Lo miró de arriba a abajo y el preguntó:
-¿Necesitas algo?
Rojo, bordó, violeta fueron los colores que pintaron su cara, que hervía tanto como sus orejas.
Cuando por fin pudo hablar, le hizo la pregunta que nunca pensó le haría a nadie.
-¿Qué estás leyendo?
Nunca imaginó que esa pregunta tan simple y hecha sin pensar podría cambiarle tanto la vida.
Aunque en verdad siempre le quedo la duda ¿Fue la pregunta? ¿Fue la respuesta? ¿O fue la conversación que tuvieron esa tarde, cuando dejaban la plaza mientras el sol se metía entre las sierras y el pueblo se teñía de naranja?
Caminaron despacio, charlando y es esa conversación fueron apareciendo personajes increíbles, paisajes y aventuras nunca imaginados, nombres de libros y autores desconocidos.
Candela hablaba, hablaba y hablaba.
Julián, mudo, escuchaba sin poder contestar pero sintiendo que un mundo nuevo se abría ante sí y de la mano de su nueva amiga.
Un mundo que desconocía y lo intrigaba, metido en unas cuantas hojas escritas entre dos tapas duras que ella le dio al llegar a su casa diciéndole que era un préstamo.
Fue hacia su cuarto y tiró  el libro sobre su mesa  de luz y ahí lo olvido, preocupado por la tarea pendiente y  distraído por los gruñidos de su estómago que le recordaron que no había tomado la merienda.
Después de la cena y al volver al cuarto tenía demasiado sueño para ocuparse de él y se durmió apenas apoyo la cabeza en la almohada.
Pasaron varios días y el muy testarudo seguía donde lo había dejado, hasta que una tarde lluviosa empezó a leerlo, le intrigaba saber lo que podía encontrar en su interior.
Lo abrió y empezó a recorrer sus hojas.
Al principio no le atrajo nada de  lo que estaba escrito y pensó que lo que le había dicho Candela era puro bla bla bla y que eso de que  se transportaría a otro mundo no existía, ni pasaría.
Pero esta idea  cambio cuando se encontró con el Capitán Jack,  que lo llevo en un viaje sin igual a través de los mares del mundo, con Giuliana su pequeña hija y eterna enamorada de Giovanni, las sirenas y un  tesoro escondido,  una aventura  fantasiosa e increíble.
Toda la noche  siguió a Jack, y cuando empezó a salir el sol, ya estaba planeando como seguir descubriendo ese mundo nuevo que tenía más capítulos y nuevos títulos.
 Suena el  timbre y Julián vuelve del mundo de los recuerdos, dejando allí “Las increíbles aventuras de Giovanni y Giuliana”.
Mira a su alrededor y va prendiendo las luces de la sala mientras va hacia la puerta
Antes de abrir se acomoda la ropa y se mira de reojo en el espejo, esta más canoso y esos anteojos nuevos le quedan bien.
-¡Hola, hola!
Besos y piropos a las chicas. Abrazos y palmadas a los varones.
El aire frío de la noche entra por la puerta mientras entra su última invitada: Candela que lleva una bolsa azul en sus manos.
-Te traje esto, nuevito, nuevito acaba  de salir.
Cuando lo termines me lo prestas.
Otra vez su amiga, la que le prestó el primer libro que leyó entero, el que le abrió aún más las puertas de ese mundo maravilloso que Candela le describió ese día que volvieron caminando de la plaza.

Otra vez empieza la ceremonia, los amigos se reúnen en la casa del profesor de literatura, otra noche mágica que los junta para compartir su pasión  como hace tantos años, cada mes,  ellos, sus amigos y sus libros.

Mailen Amor 


1 comentario:

  1. Mailén, en tu predomina el decir sobre el narrar, no hay suspenso ni tensión y las acciones se tornan previsibles y no logran conmover. El narrador habla sobre lo que sucedió o sucede pero no hacen que los hechos sucedan. Repensar qué hace que el "cómo" se cuenta sea tan importante como la historia contada.
    texto.
    ¿Cómo interviene tu imaginación en la elaboración de esta historia? ¿Cuál es la transformación de la realidad que te propusiste al escribirla? No pierdas de vista que estamos en literatura y la consigna planteaba la escritura de ficción.
    Rever construcción de párrafos y oraciones; uso de puntuación, tiempos verbales, repeticiones innecesarias y tildes.
    Ojalá te den ganas de volver a sentarte con este texto y practiques la reescritura, porque a escribir se aprende escribiendo.
    Nota: 5

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