La inexplicable muerte del señor Núñez
En una cálida tarde
de verano, estaba en la plaza que se situaba a dos cuadras de mi casa, leyendo
un libro que me habían regalado para mi cumpleaños que había sido hace unos días. Ese libro era uno de aquellos policiales en el cual, el protagonista
era un personaje muy inteligente que resolvía casos imposibles, que solo él
podía resolver, como Sherlock Holmes.
En la vereda de
enfrente, en la casa más grande, había ocurrido un homicidio. Habían asesinado
a Tomás Núñez, que era dueño de una empresa de seguros. Tenía una esposa que, al pasar los años como vecinos, nos
hicimos amigos. Ayer, cuando volví de hacer las compras, me encontré a la
señora Núñez sentada en un banco de la plaza muy triste; así que me acerqué y
charlamos un largo rato. Luego de varias horas de conversación, me contó que la
policía no pudo encontrar información alguna sobre la muerte de su esposo, así
que le ofrecí mi ayuda, ya que me estaba haciendo viejo y tenía ganas de hacer
algo en mi tiempo libre. Así que me dijo todo lo que sabía sobre su esposo para
que yo pudiera iniciar mi investigación. Todos los datos que me había brindado
la esposa del fallecido era que el cuerpo de Tomás lo habían encontrado
envenenado. También me contó que con su único hermano tenían una enemistad muy
grande, debido a que el hermano, cuando trabajaba con él, le sacaba plata hasta
que él se enteró y lo despidió. El hermano
se había ido de la empresa enojado y se dejaron de hablar.
Al día siguiente me
levanté temprano y me dirigí a un bar para encontrarme de vuelta con la señora Núñez.
Mientras la esperaba, seguí con mi lectura del libro que me habían regalado. Se
trataba de un hombre que llevaba una vida muy aburrida, sin emociones, hasta
que un día, sin darse cuenta, se enredó en una investigación de un homicidio. El
tiempo pasaba y ella no aparecía, así que la llamé y me dijo que al final no
podía ir porque estaba muy ocupada. Entonces, me quedé leyendo un poco más y después
me dirigí a la casa del hermano del difunto para hacerle una serie de preguntas.
Llegué a la casa, golpeé la puerta, y escuché una voz que atravesaba la puerta
preguntándome quien era y yo le respondí, mintiéndole, que era un detective y
que necesitaba hablar con el dueño de la casa por la muerte de su hermano. Una
vez que se abrió la puerta, salió un hombre de aproximadamente treinta años, y
me dijo que pase. Cuando entramos me ofreció una taza de café, la cual yo acepte.
Nos sentamos en la mesa y comencé con mis preguntas. Él me dijo datos que la
esposa de Núñez no me había dicho. Me contó que la esposa, al morir Tomás, había
heredado la casa junto con la plata, lo cual a él le resultaba muy sospechoso,
porque antes del incidente que había tenido con Tomás, notó que él y su esposa
se peleaban mucho. Después le pregunté sobre ese incidente que había tenido con
su hermano y él me dijo que se sentía muy apenado por lo sucedido porque se dio
cuenta que había estado muy mal lo que había hecho; y se sentía triste por
perder la oportunidad de haberse disculpado y arreglar las cosas con Tomás. Una
vez terminado le di las gracias y me retiré de su casa para ir a la empresa de
seguro a hablar con los empleados. Mientras viajaba, me quedé pensando en lo
que me había dicho el hermano de Tomás, sobre lo que me contó sobre la señora Núñez.
Yo no quería pensar que ella hubiera llevado a cabo el asesinato de su esposo,
pero era muy sospechosa. Una vez que llegué a la empresa, me reuní con el mejor
amigo del fallecido, llamado Pablo, que antes trabajaba para él y le pregunté si podía hacerle algunas
preguntas sobre su mejor amigo . Todo lo que me había dicho ya lo sabía, pero me dijo
que Tomás, unos días antes de que fuera asesinado, le había contado que
descubrió a su esposa engañándolo con uno de sus amigos, pero ella no se había
dado cuenta que él los vio y Tomás prefirió no decírselo.
Con todos los datos
que me habían brindado el hermano y el mejor amigo de Tomás Núñez, estaba casi
seguro que la persona que lo había matado fue su propia esposa, pero no tenía
pruebas, así que decidí visitar a la señora Núñez para, cuando se distraiga,
investigar en la casa con la excusa de contarle los datos que había encontrado.
Al llegar a la casa, me recibió el mayordomo de la señora Núñez. El me dijo que
ella tardaría en llegar pero que podía esperarla adentro de la casa. Mientras
la esperaba aproveché para hacerle preguntas al mayordomo. No me dijo nada que
no supiera pero mientras hablaba con él, noté que había una cosa en la esquina
de la pared que apenas se notaba, y le pregunté que era y me dijo que era una
cámara. Me dijo que había cámaras en todas las habitaciones, que las había
puesto el señor Núñez antes de morir, y que era un secreto entre ellos, pero el mayordomo
no sabía porque no lo tenía que saber la dueña de la casa. Más tarde, supuse,
que con las cámaras, se dio cuenta que su esposa lo engañaba.
Luego, le pedí al
mayordomo si me podía mostrar todo lo que se había grabado el día del crimen, y
el accedió a mostrarme. Aproveché que la
señora Núñez no llegaba hasta las siete, así que me quedé observando las
grabaciones. No encontraba nada hasta que vi algo que me dejó impactado. A las
diez de la noche de ese día, la señora Núñez le sirvió una copa de vino a su
esposo, pero antes de servírselo, le había puesto algo a la copa, que mas tarde
supe que lo que le había puesto era cianuro. Él se lo tomó y, al cabo de unos
minutos, se desplomó.
Al ver esto, llamé
a la policía enseguida y cuando vinieron les conté todo y les mostré la
grabación. Cuando llegó la señora Núñez, la policía la interrogó y se la
llevaron a la comisaría.
Luego de unos
meses, en el juicio, la señora Núñez confesó que fue ella quien llevó a cabo el
asesinato para quedarse con la herencia de su esposo y vivir con su amante. El
juez la declaró culpable y se la llevaron a la cárcel.
Debido a este caso
que resolví, no había tenido tiempo para terminar el libro, pero hace unos días
lo terminé. El protagonista termina resolviendo el caso y se encuentra al
culpable del homicidio, luego, por resolverlo, es contratado como detective, y
se le termina el aburrimiento que antes tenía. Bueno ahora me despido porque la
policía me llama para resolver otro caso.
Ariel Viñales, Nahuel Campagne, Ivan Ioshimitsu
Si bien esta instancia pone punto final a la actividad, no lo hace con el trabajo de reescritura sobre el texto, ya que hay mucho todavía que puede mejorar. Ojalá tengan las ganas y el entusiasmo, porque a escribir se aprende escribiendo.
ResponderBorrarEl resultado al que llegan es un producto confuso en el que no se reconoce una elaboración que se tomó tiempo y cuidado; además, predomina el decir sobre el narrar, puesto que no consiguen dar con el discurso adecuado. El narrador habla sobre lo que sucedió o sucede pero no hace que los hechos sucedan. Repensar qué hace que el "cómo" se cuenta sea tan importante como la historia contada.
La historia no sólo es previsible sino que no .cumple con las condiciones del género policial. Antes de llegar a la mitad ya se sabe el desenlace, así lo que sigue resulta redundante e innecesario. Incomprensible que el mayordomo le dé información que no le ha dado a la policía; solo con la filmación, queda desbaratada su investigación, El título no es coherente, pues este asesinato se explica; está tan claro que no hay enigma ni dificultad.
Rever puntuación, conectores, tiempos verbales, repeticiones innecesarias; uso de preposiciones, concordancia, ortografía.
Nota final: 4 (cuatro)