viernes, 4 de julio de 2014

La Intriga

                                                    La intriga

Tenía que cocinar, cosa que realmente no disfruto, pero en fin,  una tarde rara que últimamente se estaba dando de igual manera todos los días. Mis padres llegaban del trabajo cada día más tarde y cada día más agotados. Se notaba que algo les preocupaba pero, como la situación no parecía la mejor, optaba por no preguntar.
Esta intriga, cada tarde se hacía más indescifrable. Tal vez no estaban  teniendo una buena situación económica, pero se notaba que nunca habíamos tenido la suerte de ser una familia adinerada.   
  Pasaba el tiempo, sus caras se avejentaban y sus canas empezaban a florecer, su aspecto de vejez era cada vez peor. Esta situación los estaba consumiendo, intente averiguarlo de diferentes maneras, pero nunca logre sacarles siquiera una palabra sobre el tema. Lo único que lograba eran indicaciones de lo que podía y lo que no podía hacer, Me obligaban a quedarme en casa toda la tarde y que no se me ocurriera salir a caminar de noche,  increíblemente lograba hacerles caso. Tampoco tenía mucho para hacer, mis amigos  parecían estar en una situación parecida a la mía, ya que sus padres les prohibían salir a pasear.   
           Esta situación se estaba tornando insoportable, los días pasaban cada vez más lento, por momentos parecía que las agujas del reloj se desplazaban en cámara lenta, no entendía que esperaba, mi vida no tenía sentido, era siempre igual. Hasta esa noche, la recuerdo como si fuese ayer… seis de julio de mil novecientos setenta y cinco…
Se escuchó como se subían al árbol y alumbraban la habitación de mis padres.  Ese falcon, del cual salieron los hombres vestidos de verde, había estado rondando por el barrio hacía mucho tiempo.  Me asome por la ventana para entender un poco más la situación, aunque seguía siendo insólita para mí, que no entendía lo que pasaba. Se escuchaban gritos, estos hombres estaban  totalmente armados. Y parecían no tener miedo de utilizar las armas.
De un momento para otro ellos saltaron hacia la terraza de mi casa y los perdí de vista. Intuía  que estaban ahí arriba, pero saber que estaban haciendo era imposible. Me quede paralizado, totalmente petrificado, mis padres aún no habían llegado y yo estaba solo en casa.
Finalmente paso lo más temido, ellos ya estaban adentro. Sus botas resonaban en el suelo y sus gritos ensordecedores me dejaban inhabilitado para reaccionar. Cuando logre salir de este estado lo primero que vi fue una valija, salte adentro de ella y la cerré como pude.
Estaba muy encogido y escuchaba como esos pasos se acercaban, entraron en mi habitación y se escuchó claramente como tiraban todo bestialmente sin resentimiento alguno. Cuando terminaron de revisar mi cuarto pude volver a respirar, aunque ellos seguían en casa, yo sabía que el mayor peligro había pasado.
Abrí apenas la tapa de la valija para poder observar algo. Lo único que pude ver fue la luz que emanaban sus potentes linternas y todo el desorden que había en mi cuarto. Cuando finalmente descendieron las escaleras, salí de la valija y espié por la ventana para saber cuándo se iban. Pero ese hecho tardo en llegar, antes se escucharon unos fuertes estruendos, instintivamente me agache y vi como las balas atravesaban el piso de parquet de mi habitación y continuaban débiles hasta toparse con el techo.
Cuando este hecho por fin finalizó ellos como si nada subieron a su auto y se fueron derrapando.
            Minutos después de este trágico evento llegaron mis padres, entraron corriendo, y al primer lugar al que se dirigieron fue a mi pieza, me agarraron, me subieron al auto y partimos viaje, ¿A dónde? Realmente no tenía idea, tampoco podía preguntar porque estaba tan traumado que ni siquiera podía hablar. Lo único que pensaba era qué había sido eso, nunca antes había visto nada igual, ni tampoco había oído hablar de nada parecido a ello.
Logre dormir en el auto, cosa que no era muy común porque éste era chico e incómodo. Pero el cansancio era tal que no pude resistirme,  dormí durante un largo rato.
 En primeras instancias cuando me levante no entendía bien lo que había sucedido, pensé que solo había sido un sueño,  pero cuando me despabile un poco pude saber que seguíamos en ese maldito auto.
 Luego de la revitalizante siesta logre salir del shock, pude hablar y le conté a mis padres lo que había sucedido, lo único que hacían era asentir con la cabeza. Increíblemente no se los veía muy sorprendidos, no entendía bien porque pero su reacción me fastidiaba. Como si ellos ya hubieran sabido que eso sucedería, y no podía soportar la idea de que no hubieran hecho nada para impedirlo.
Viajamos durante veinticuatro horas aproximadamente, estas eran interminables, sentía que en vez de faltar menos, cada vez faltaba más para llegar. Todavía seguía sin saber a dónde pero la idea de seguir en ese auto me sacaba de quicio. No sé porque pero empecé a agredirlos no entendí  mi reaccionar. Pero no aguantaba más la intriga. Ellos sabían algo que yo no, eso era evidente.  
Nunca me lo dijeron, pero yo intuía que íbamos a la casa de la abuela que vivía en Jujuy, no la veíamos hacía mucho porque un par de años atras se había peleado con mi padre, luego de este incidente no la vimos más.
 Cuando estábamos llegando pude ratificar a donde nos dirigíamos, estaba en lo cierto. Reconocí el pueblo, ni bien entramos muchos recuerdos pasaron por mi mente, antes de la pelea solíamos visitar muy seguido a mi abuela, nos llevábamos muy bien.
Cuando llegamos, la vi, sentada en el sillón de balcón, estaba muy demacrada. Sus cabellos blancos estaban ahora muy cortos y finos.  Sus arrugas se extendían mediante todo su cuerpo, hacia mucho que no la veía.
Descendimos en la puerta de su casa, tocamos el timbre y ella bajo, estaba totalmente sorprendida.  Nos saludó lo más bien, pero cundo paso mi padre su mirada se prendía fuego, nunca había visto semejante cara de odio. Pero no pudo hacer más que saludarlo.
Me echaron de la habitación y hablaron a solas mis padres y mi abuela, aproximadamente durante una hora. Aburrido de estar solo decidí salir, y los vi a los tres con los ojos llorosos.
Mis padres se levantaron de la mesa, se despidieron de mí y se marcharon diciendo que pronto volverían a buscarme.  Ellos nunca llegaron, pero aún tengo la esperanza de que eso suceda.




Autora: Sol López Marcomini 4° 1 T.M

1 comentario:

  1. Sol: No lográs construir un personaje coherente con el contexto pues todas sus reflexiones y planteos, que son posteriores a los sucesos narrados, resultan poco creíbles, ya que no se sostiene lo que ignora o permanece aún como intriga sin resolver. Repensar qué sería construir una época, cómo ficcionalizarla. Tampoco manejás información la militancia o compromiso político; nada verosímil cómo aparecen los padres, sus reacciones, la relación con el hijo.
    Rever Rever construcción de párrafos, vocabulario, algunos tiempos verbales y ortografía.
    Nota: 6

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